viernes, 27 de marzo de 2009

Ninguna palabra

“—¡Oh, querido lenguaje! Tú que nos distingues de los animales, tú que nos civilizas, nos das el don de la comunicación y el progreso.
Dime por favor: ¿por qué soy tan desdichado?

Te sientes desdichado porque estás solo… y eres muy consciente de ello.”


“Una imagen vale más que mil palabras. 
Pero eso no significa que mil palabras valgan más que una o ninguna.”


Ninguna palabra puede describir la belleza de despertarse a la mañana y, antes de abrir los ojos y dejar que el día entre en su rutina, sentir la cálida seguridad de la persona amada que yace a tu lado, todavía remoloneando.
Ninguna palabra puede describir el asco infinito de sentir en el cuerpo, en las sábanas, en el aire, el sudor de una desconocida que quiere volver a comenzar cuando todo lo que uno quiere (que necesita) es irse a la mierda y una ducha.
Ninguna palabra vale para describir la certeza que se siente cuando el sueño, con sus absurdos e incoherencias, es mucho más real que la vigilia, con su leyes, religiones y ciencias.
Ninguna palabra alcanza para describir la dolorosa decepción de pasar toda una infancia cultivando sueños para que al crecer e intentar seguirlos te miren con indulgencia y te tilden de idealista, como si fuera algo malo.
Ninguna palabra puede describir al niño capaz de montarse en una nube y usar un arco iris como tobogán. Ninguna palabra vale para repudiar lo suficiente a los responsables de pervertir tal inocencia.
Ninguna palabra alcanza para describir, siquiera superficialmente, el dolor que sufre el alma cuando nos abandona un amigo.
Ninguna palabra puede describir la sensación de sentirse viejo teniendo tan sólo 20 años. 
Ninguna palabra es lo suficientemente bella y enigmática para describir la vida, ni lo suficientemente valiente para recorrerla. No hay palabra tan poética para el amor, tan intensa para la pasión, ni tan punzante para la impotencia.
¿Para qué sirven las palabras entonces?

3 comentarios:

Gonzalo Rodriguez dijo...

Muy lindo, como siempre. No tengo la más puta idea de para qué sirven las palabras. Sólo s{e que muy de vez en cuando, al decirlas, alguien las transforma en escencia y puede llegar a convertirlas en algo poético, intenso o punzante. A veces soy yo, a veces es otro.
Y creo que lo importante es esto. Que otro se haga cargo de las palabras a su manera, manteniendo la forma, variando el contenido. Es por eso que creo que el arte no tiene que dar un mensaje claro y que sólo pueda interpretarse de una manera. Sino dejar claro un estado, una forma, una estructura y que el contenido sí lo ponga el espectador. La única forma de que una obra llegue al público es que el público pueda poner algo suyo en la obra.

Decile a la gente que firme, esto ya parece un chat.

Adios.

Gonzalo.-

Sebas dijo...

Serán, convenidas por la sociedad, abstracciones sumergidas dentro de un contexto que apuntan a algo que existe para que puedan ser representadas parcialmente en la mente de un sujeto sin necesidad del conocimiento sensible?

Serán el sustento de nuestra realidad inteligible como seres humanos ya que no se pueden transmitir por reproducción de la especie sino por enseñanza?

Richo dijo...

Gonza, no podría estar más de acuerdo. El arte no es un servicio de mensajería. Lo único que puede hacer es despertar un sentimiento preexistente que quizá es compartido con el autor y quizá no. El lector forma parte del proceso creativo, "leer es otra forma de escribir" diría alguien que no me acuerdo quién es pero que era capo capo de la literatura. Creo que esto ya lo hemos discutido muy por encima tiempo atrás cuando hablamos, en el ámbito de la música, de la interpretación y la composición como actos creativos.

Papa, el otro día justo estaba leyendo sobre la hipótesis de Sapir-Whorf, que dice que el lenguaje modifica (o tiene influencia) en la forma en que configuramos nuestro pensamiento. No me voy a seguir arriesgando a decir burradas sobre temas que desconozco así que si hay alguien de la rama de la psicología leyendo el blog, lo invito a que tire una buena explicación...

De hecho, estaría copadísimo que se armaran discusiones sobre lo que escribo, pero me temo que no debe haber mucha más gente (después de ustedes dos) siguiendo el blog.
Gente, si están ahí me gustaría saber de ustedes. Los invité al blog porque pienso que pueden aportar algo interesante, sino no me hubiese tomado la molestia. Si les gusta algo pasen y digan: "me gustó eso tal cosa". Si no les gustó, pasen y digan: "dejá de escribir bruto, no servís para nada". Ambos comentarios son valiosos. Aunque sea pasen a saludar para saber que están ahí, sino me siento tan solo...