martes, 30 de julio de 2013

Ukelele

Mis hermanos salieron el otro día a comprar cuerdas para la guitarra y, en un ataque de impulsividad, se trajeron un ukelele. Así que ahora estoy aprendiendo involuntariamente algunas cosas sobre este lindo instrumento.
Por ejemplo, ayer mi hermano me mostró una versión en ukelele de Bohemian Rhapsody que les comparto a continuación (vean hasta el minuto 7:00 más o menos que después es pura publicidad). Disfruten.


martes, 9 de julio de 2013

Como el ave Fénix

Curioso que cuando pensaba que este blog estaba agonizando y ya no había nada que pudiera salvarlo me entraron ganas de contar una historia. Últimamente empecé a usar Twitter y la restricción de los 140 caracteres (por cierto, ¿por qué 140?) resulta extremadamente limitante cuando se quiere decir algo más que una pequeña frase. Resumir en 140 caracteres una visión, una opinión, o una idea es, como mínimo, una tarea desafiante. Pero al mismo tiempo, y esto es lo llamativo de Twitter, el saber que sólo podés escribir una frase te da una sensación extraña de libertad, no hay presiones por llenar un párrafo, no tenés que calentarte en buscar las palabras correctas, escribís la primera boludez que se te cante y estás listo para la siguiente. Y esa libertad restringida, por lo menos a mi, me motiva a seguir escribiendo. Capaz por eso me encuentro ahora reviviendo este agonizante y olvidado blog.

Pensar que el último post que escribí fue hace 2 años cuando ganó Macri las elecciones en la ciudad. Curiosamente también en julio, dentro de 2 días (las casualidades numéricas son a veces muy sorprendentes, pero de eso hablaremos otro día...). Está de más decir que no me gusta un carajo la gestión de Macri y ese día me sentí muy decepcionado de los porteños y personalmente muy triste. Pero aunque Macri fuera un inútil, es muy curioso lo mucho que nos pega (por lo menos a mí) el aspecto emocional en cuestiones que deberían transitar exclusivamente por el lado racional, como la política (y yo de política no entiendo nada). Es quizá a causa de los símbolos que se usan durante las campañas, no se... algún hijo-de-puta de marketing seguro que sabe la respuesta. Uno trata de ser precavido, de no dejarse atrapar y pensar críticamente, cuestionarlo todo, pero me avergüenza decir que soy más permeable a algunas cuestiones emocionales de lo que quisiera. Para citar un ejemplo vergonzoso, me acuerdo que hace algunos años tuve un sueño que me llamó mucho la atención: Soñé que Cristina (la presidente) se moría no me acuerdo porqué causa, y por alguna razón, en el sueño esto me afectó terriblemente. Me acuerdo de despertarme y sentirme muy mal por haber llorado tanto mientras soñaba. Me da vergüenza admitir esto, pero es cierto. Los sueños son extraños. Mucho después, acercándonos más al presente, volví a soñar que la presidente se moría, pero esta vez no sólo moría ella sino que también moría un ex compañero de la primaria que no veo nunca, que ni siquiera me acuerdo su nombre y que lo único que recuerdo de él es que era de River. En esta ocasión ninguna de las muertes me afectó ni un poquito y también me desperté extrañado, pero esta vez por no haber llorado nada mientras soñaba. Los sueños son realmente extraños. Más de una vez me ha pasado de soñar premoniciones. No es éste el caso por suerte, hasta donde sé nuestra presidente está viva y el muchacho de la primaria no sé dónde andará pero espero que viva también. Las premoniciones en los sueños son por demás muy interesantes, aunque como toda buena premonición son completamente inútiles pues sólo adquieren significado a posteriori, con el hecho consumado. Es entonces cuando uno dice: "¡ah che, pero yo soñé con esto anoche!" y se queda inútilmente maravillado ante esa imposibilidad temporal. En cualquier caso, estoy divagando, no quería hablar de esto pero puestos a escribir las palabras salen y es difícil detener el tren de pensamiento (Twitter por lo menos no te deja divagar sobre sueños vergonzosos).

Ahora sí. Hoy mientras me bañaba por alguna razón se me vino a la mente Rayuela y me dieron unas ganas enormes de volver a leerla. Luego recordé que ya no la tengo, que como algunos de los libros que más me marcaron en la vida lo regalé hace ya mucho tiempo. Ay, qué tonto era... En esa época yo pensaba estúpidamente que era un crimen dejar un libro tan importante en una repisa en mi habitación para ser leído sólo esporádicamente por mí, y por eso a la primera oportunidad lo regalé a una biblioteca pública con la esperanza de que más personas pudieran disfrutarlo como lo disfruté yo. Es un poco deprimente, pero ahora pienso que probablemente hubiese sido leído muchas más veces de haber permanecido en mi repisa que en una biblioteca. Me acuerdo que era una edición decididamente mala y que me encantaba de tan mala que era: tenía las letras mal impresas y había que esforzarse a veces para entender lo que decía, y por un error de impresión las últimas no se cuántas hojas estaban en duplicado. Me lo había regalado mi vieja. Recuerdo que cuando lo entregué hasta le escribí una dedicatoria en la primer página, no se ya lo que escribí pero me acuerdo que lo hice con la intención de que si algún día por casualidad me encontrara mágicamente con este libro en una biblioteca pudiera reconocerlo y emocionarme. Sí, sí, así de tonto era... yo que no voy nunca en mi vida a una biblioteca me dejé un mensaje en código a mi mismo para ser encontrado vaya a saber en qué biblioteca en qué rincón perdido del país.

En fin, eso quería decir: que si tienen ganas de regalarme algún libro regálenme Rayuela nomás que me anda haciendo falta :).

Ahh, y les dejo un comic que encontré hoy y que creo que un poco fue el disparador de todo esto.


Ahh, y ¡feliz día de la independencia a todos!