domingo, 10 de octubre de 2010

Entrevista a Julio Cortázar


Quiero compartir con ustedes esta maravillosa entrevista a Julio Cortázar, último regalo de una pintoresca y simpática compañera de vuelo a la cual tuve el agrado de conocer gracias a una afortunada estupidez mía.
Suelen transmitir esta entrevista por el canal Encuentro, pero aún así no la había visto. Imperdible para cualquier lector de Cortázar.

lunes, 4 de octubre de 2010

"Esto lo estoy tocando mañana."
- Johnny Carter (protagonista de "El Perseguidor", de Julio Cortázar).


En una nota al márgen, ayer tuve el placer de armarme mi propio mini-tour Cortazariano por Saint-Germain-des-Prés. Por una casualidad casi premeditada, me topé con el Café de Flore, que si bien es un histórico centro intelectual y artístico (solía ser frecuentado por  personalidades como Sartre,  Picasso, Hemingway, y otros) también es el lugar donde acontece parte de "El Perseguidor".  Así que luego de tomarme allí un obligado café me dispuse a recorrer, calle por calle, el  mismo camino que hicieron Bruno y Johnny hasta llegar a la costa del Sena. 
En pocas palabras: feliz de la vida :)


martes, 17 de agosto de 2010

Re: ¿so!p :ɐʇsәndsәɹ


Escribí este texto como respuesta a un post del blog delfindedios de mi amigo Gonzalo Rodriguez. Aprovecho, de paso, para decirles que su blog es excelente y que se pasen a verlo cuando tengan tiempo.

No es nada nuevo decir que Dios es intrínsecamente contradictorio. Ni que, obviamente, no necesita suscribir al código vigente (ni a ningún código, para el caso). Un hombre de fe argumentaría (supongo) que Dios está por encima de cualquier código, que es una cuestión de fe en última instancia, no se puede razonar. Encuentro interesante en este sentido la portada del libro “¿Es Dios un matemático?” de Mario Livio, la cual muestra a Dios, encorvado, usando patéticamente un compás para medir el universo, sugiriendo de una forma muy demostrativa que el mismo Dios debe acatar las leyes de la matemática (menuda omnipotencia, diría yo). Creo que esta imagen es una ilustración de una biblia medieval, pero no estoy muy seguro.
Cualquier análisis de la existencia de Dios (ya sea en esencia o en fenómeno) está inequívocamente condenado al fracaso. Dios ni siquiera resiste una simple reducción al absurdo. Ejemplos abundan, pero creo que el más conocido es el de la piedra tan pesada que ni Dios podría levantar. Un Dios omnipotente sin duda podría crear semejante piedra, lo cual llevaría a un absurdo. Pero este análisis simplista, a pesar de resultar válido en los términos de su disciplina, pierde todo significado cuando se aplica a la idea de Dios. Todo se reduce a una cuestión de fe, no de razón. Curioso reducto de la imaginación humana, la fe. Algunos la consideran virtud, otros la denuestan.
Deliberadamente decidí ignorar tu interpretación "paternal" de Dios y saltar directamente al último párrafo de tu texto, en especial las últimas cuatro oraciones, donde a mi entender resumís maravillosamente un subconjunto de la conducta humana. Ya lo dije antes en este mismo blog: los hombres somos máquinas de buscar patrones. Ésa es nuestra forma de "interpretar" la realidad que tan confusamente se nos presenta ante los ojos. Buscamos patrones que intenten explicar lo que vemos. Lo que para algunos es una simple y llana mancha de humedad para otros será la imagen de Jesucristo y una señal de su existencia. Y ahí está el problema: frente a estas múltiples "realidades" (o percepciones de una misma realidad) ¿cómo diferenciamos los patrones que realmente están ahí de los que sólo están en nuestra mente? Durante la historia de la humanidad hemos desarrollado múltiples herramientas que intentan ayudarnos en este problema. Una de ellas es la ciencia. No busca una verdad última e irrefutable (aunque conserve la esperanza de que ésta exista), sólo intenta acercarnos a la realidad, entender los fenómenos de nuestra existencia. Y algo interesante sobre la ciencia es que, si bien es un producto de nuestro intelecto, no forma parte de lo que podríamos llamar natural. Definitivamente no está en nuestros genes. Por decirlo de otra forma, mientras que toda cultura a lo largo de la historia ha desarrollado alguna noción de deidad, lo mismo no ocurre en el caso de la ciencia. Esto parece sugerir que la predisposición a creer en una entidad superior podría estar arraigada en el centro mismo de nuestra naturaleza (quizá grabado en algún gen, o en la membrana que recubre la vesícula, quién sabe...). Paradójico que nuestro eterno creador forme parte integral de nuestra esencia. Y muy interesante, sobre todo, que el desarrollo de la ciencia como herramienta para entender nuestra realidad se aleje tanto de esta idea de Dios (de ESTA idea de Dios, no de toda idea de Dios, que quede claro). Se aleje, en definitiva, de nuestra propia naturaleza. Una perfecta analogía del mito de la fruta prohibida.

lunes, 5 de julio de 2010

Daydream delusion, limousine eyelash...


Daydream delusion, limousine eyelash / Oh baby with your pretty face / Drop a tear in my wineglass / Look at those big eyes / See what you mean to me / Sweet-cakes and milkshakes / I’m a delusion angel / I’m a fantasy parade / I want you to know what I think / Don’t want you to guess anymore / You have no idea where I came from / We have no idea where we’re going / Lodged in life / Like branches in a river / Flowing downstream / Caught in the current / I carry you / You’ll carry me / That’s how it could be / Don’t you know me? / Don’t you know me by now?

- poema callejero en Before Sunrise.

viernes, 14 de mayo de 2010

It's just a ride

"Life is like a ride in an amusement park. When you go on it, you think it's real, because that's how powerful our minds are. And the ride goes up and down and around and around; it has thrills and chills and it's very brightly colored, and it's very loud but it's fun for awhile.
Some have been on the ride for a long time and they begin to question: is this real, or is this just a ride?
And other people have remembered and they come back to us and they say: "Hey! Don't worry! Don't be afraid ever, because this is just a ride!"

And we kill those people.

"Shut him up! I've got a lot invested in this ride! Shut him up! Look at my furrows of worry. Look at my big bank account and my family. This has to be real."

It's just a ride. But we kill those good guys who try to tell us that, you ever notice that? And we let the demons run amok. But it doesn't matter, because it's just a ride, and we can change it anytime we want. It's only a choice. No effort, no work, no job, no savings of money. Just a choice right now, between fear and love."

- Bill Hicks

domingo, 14 de marzo de 2010

Rayuela, capítulo 7


"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua."

- Julio Cortázar (Rayuela, cap. 7)

Finalmente entendí por qué tus besos dejaban siempre en mis labios el dolor dulce de tus dientes. Entendí, sin embargo, demasiado tarde. Y ahora sólo me queda el consuelo de convertir estas letras en mi despedida.
Sea éste, pues, mi único gesto romántico. Símbolo de la derrota, recuerdo de la batalla valientemente perdida. Tributo final a nuestro fracaso silencioso.

domingo, 14 de febrero de 2010

miércoles, 3 de febrero de 2010

Al pie de la cama

Entre exhausto y aburrido, se levantó y se sentó al pie de la cama. Entre las sábanas yacía todavía ella, sin decidirse a destaparse completamente quizá por pudor, quizá por costumbre. Afuera una paloma solitaria volaba entre los edificios de San Telmo. Quizás. No podía saberlo realmente, no había ventanas en la habitación. Miró las paredes por primera vez y luego la miró a ella, también por primera vez. Un cuadro de Dalí y los vestigios de un amor que no sería nunca. Pensó extrañado que no entendía el propósito de aquel cuadro. ¿Quién lo puso ahí? ¿Por qué? Y sintió imperiosos deseos de irse.
Ella lo abrazó suavemente.
¿Qué te pasa?
Nada.
Trató de animarlo con un beso que se resolvió frío e ignorado.
¿Estás bien?
Él no sentía ganas de responder esa pregunta. ¿Cómo hacerlo sin herir los sentimientos, sin desnudarse más de lo que ya estaba? Silencio. En algún lado, un reloj implacable marcaba los segundos. Tic, tac, tic, tac…
Sin respuesta ella continuó con su juego. Se le subió encima obligándolo a acostarse y le besó el cuello sensualmente.
El reloj (tic, tac…), el Dalí, y él. Enigmas de un rompecabezas imposible.


Me levanté y me senté al pie de la cama. Estaba agitado y un sudor frío me recorría la espalda. La madrugada todavía cernía sus dominios, y la noche se mostraba oscura e impenetrable. Una pesadilla recurrente, un silencio estremecedor, un parpadeo de luces desconocidas en la oscuridad de un cuarto desconocido. Y al pie de la cama, yo, teniendo como siempre la horrible impresión de no pertenecer a este mundo.


Se levantó y se sentó al pie de la cama. Sola. Vestigios de un romance en su piel y un amor roto que escondía su alma destrozada. Un trapo de piso húmedo en algún rincón del baño y una ducha redentora que acaso limpiara las cenizas del fuego consumido entre las sábanas. Más el agua nunca podría limpiar su conciencia. Y en las noches solitarias en que la habitación se estremece en un terremoto de pasión el dolor se esfuma momentáneamente y todo parece ser como antes. Parece. Pero todo tiene que terminar, y cuando la fugaz sensación de paz se apaga sobreviene la culpa y el dolor de la traición nunca olvidada.
Y qué hacer ahora, se preguntaba ella bajo la ducha, húmeda como el trapo de piso roñoso que yacía en algún rincón del baño.